Diversidades sexuales

María Josefa Mujía y Julia Elena Fortún inspiran a escritoras a reunirse en el Encuentro A la mujer por la palabra en Sucre

Feminismos

Escrituras y feminismos

9 de julio de 2024

Dayana Martínez

Las mujeres leen, las mujeres escriben. Para que esta afirmación corresponda a la realidad boliviana, se necesitaron siglos de lucha. Por ello, revalorizar la palabra de las escritoras bolivianas debería ser una causa común en la investigación y las iniciativas literarias y culturales. En esa línea, se ha gestado el Encuentro de Escritoras “A la mujer por la palabra” realizado en Sucre, el 13 y 14 de junio, donde se homenajeó a dos chuquisaqueñas que fueron lumbreras en sus campos: María Josefa Mujía y Julia Elena Fortún.

Más de 100 años separan su quehacer en la sociedad sucrense, pero es el impacto de su trabajo lo que trasciende el paso del tiempo y la razón por la que son presentadas como mujeres escritoras que han cambiado la historia del país y lo han hecho desde el sur – porque también es importante descentralizar los perfiles que recordamos.

Escritoras participantes del encuentro: Maricruz Alvarado, Eliana Soza, Sarah Cecilia Moscoso Barriga, Rosario Barahona Michel, Micaela Mendoza Hägglund, Daniela Peterito Salas, Carla Alina Amurrio Martínez, Noelia Richter Gonzales, Amparo Silva Ugrinovic y Virginia Ayllón

Este encuentro se llevó adelante en Sucre y tendrá versiones en Oruro y Riberalta, además de Cochabamba, entre 2024 y 2025, bajo la coordinación de la poeta e investigadora Virginia Ayllón, a través del programa Escrituras y Feminismos del Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), con el fin de realzar la palabra de las mujeres.

María Josefa Mujía: la “alondra del dolor”

De la oscuridad, la desdicha y el sufrimiento han nacido algunas de las composiciones literarias que más cautivaron a lectores, lectoras, críticas y críticos en el mundo a lo largo de la historia. En Bolivia, fue una poeta chuquisaqueña quien se consagró como la “alondra del dolor”: María Josefa Mujía.

Nació en Sucre, el 25 de noviembre de 1812, aunque otras investigaciones citan el año 1820. Su nombre completo fue María Josefa Catalina Mujía Estrada, primogénita de seis hermanos, hija del español Miguel Mujía y de la chuquisaqueña Andrea Estrada, según cita el Diccionario Histórico de Bolivia de Josep M. Barnadas.

Perdió la vista a los 14 años de edad, de tanto llorar la muerte de su padre, una explicación que más que evidencia científica, muestra cómo este hecho marcó la vida y la poesía de esta poeta.

Con palabras sencillas y claras, su poema “La ciega” permite entender a profundidad el impacto de esta discapacidad en su vida y en su percepción de la muerte.

Todo es noche, noche oscura,

ya no veo la hermosura

de la luna refulgente,

del astro resplandeciente

solo siento su calor.

(…)

Ya ningún remedio alcanza

ni una sombra de delicia

a mi existencia acaricia;

mis goces son el sufrir:

y en medio de esta desdicha,

solo me queda una dicha

y es la dicha de morir.

“En la capital de Bolivia y en el seno de una familia distinguida, existe solitaria y retirada una mujer, joven todavía y bella, cuyo talento y desgracia han llamado desde pocos años a esta parte la atención en aquella ciudad”, describía Gabriel René Moreno, a Mujía, en su libro Estudios de Literatura Boliviana. El historiador y bibliógrafo boliviano fue uno de los primeros críticos y seguidores del trabajo de Mujía.

“La historia de la señorita María Josefa Mujía es corta y sencilla. Dotada de clara y precoz inteligencia, hizo en su infancia sorprendentes progresos en su educación y en el estudio de varios idiomas. Cuando se hubo retirado del colegio y principiaba a dedicarse con entusiasmo a la lectura y al estudio de las bellas artes, la muerte de su padre produjo en su alma el más profundo dolor, causándole ese continuado llanto la pérdida absoluta de la vista a la edad de 14 años”, relataba Moreno sobre la causa de la ceguera de esta poeta chuquisaqueña.

Mujía también describió cómo esta discapacidad truncó su vida cuando apenas era una adolescente.

De mi juventud lozana

la primavera temprana

en invierno se trocó.

Mil placeres halagüeños,

bellos días y risueños

el porvenir me pintaba,

y seductor me mostraba

por un prima encantador.

Las ilusiones volaron

y en mi alma solo quedaron

la amargura y el dolor.

Desde entonces principia para la joven una vida de lento martirio y de triste soledad, en que su existencia se consume poco a poco, agitada de vez en cuando por las desesperadas ansias de ver”, continuaba Moreno.

En esa etapa, Mujía tuvo el apoyo de su hermano Augusto que escribía todo lo que la autora le dictaba y se convirtió en su confidente en este camino literario que emprendió para desahogar su corazón. Y fue gracias a Augusto que su trabajo vio la luz. Distintas fuentes rescatan que Augusto mostró los poemas de Mujía a un amigo y que poco después “La ciega” fue publicado en la portada del periódico Eco de la Opinión, de Sucre, el 11 de diciembre de 1851.

La primera poeta boliviana

Mujía es considerada la primera poeta boliviana y la máxima exponente del romanticismo que se desarrolló durante el nacimiento y los primeros años de vida de la patria.

“La poeta ciega es una flor de sentimiento, su vida que fue una tragedia supo ennoblecerla con las radiosidades de su genio poético hecho de dolor y esperanza.
El romanticismo en boga, subrayó con sombríos tintes, el alma sensible y sensitiva de esta estupenda mujer, única en su tiempo y que hasta hoy no ha encontrado rival en el parnaso patrio, ni por su cultura, ni por su estro poético”, destacó por su lado el escritor y ensayista paceño Gustavo Adolfo Otero.

Sin embargo, para ella, su trabajo no era más que “arcilla” para modelar.

“Mis pobres composiciones en verdad no son más que una miserable arcilla para ser mezcladas entre las bellas flores del genio y no merecen salir a la luz pública. (…) Me parece que, como autora, propietaria de ellas, tengo derecho para impedir el que salgan impresas, porque no son dignas ni de ser leídas (…) es así que suplico encarecidamente que (las que están en su poder) las eche al fuego”. Así respondió Mujía a Gabriel René Moreno a través de una carta enviada en 1868.

“Los periódicos de Sucre han publicado varias composiciones poéticas de esta joven, y la angustia y melancolía que respiran, han conmovido profundamente a todas las almas sensibles”, afirmó Moreno sobre el poder de los textos de Mujía. Y tenía razón. Sus composiciones fueron destacadas en antologías nacionales e internacionales como reconocimiento a ese talento de describir el dolor y la soledad a través del verso.

Es importante destacar también que en la época de Mujía era algo realmente extraordinario que una mujer pueda leer y escribir. En Bolivia, recién a inicios del siglo XX, se empezaron a crear espacios para la educación de las mujeres a nivel secundario y en el área del magisterio.

De hecho, en aquellos tiempos, acceder a la educación no solo era difícil para las mujeres, sino también para los hombres, ya que había una gran cantidad de indígenas y mestizos que no tenían este derecho privilegiado para españoles, en especial para quienes tenían recursos económicos o poder por la clase social a la que pertenecían.

Mujía vivió la Guerra de la Independencia y el nacimiento del país como república libre, independiente y soberana; pero más allá del contexto turbulento que le tocó presenciar, era el dolor que llevaba dentro lo que la hizo una autora emblemática para la literatura boliviana.

Julia Elena Fortún, promotora de la investigación cultural en Bolivia

Antropóloga, etnomusicóloga, maestra e historiadora; Julia Elena Fortún, nacida en Sucre el 6 de octubre de 1928, fue una incansable investigadora que rescató y permitió el resguardo de importantes documentos del legado patrimonial de la historia del país.

Gracias a ella, por ejemplo, Sucre cuenta con los manuscritos de música colonial del Convento de San Felipe Neri y de la Catedral de Sucre, un importante aporte para el estudio de la música boliviana de cuando este territorio aún no tenía un nombre propio como país independiente.

Posterior a su descubrimiento en 1948, Fortún gestionó que estas partituras de la música colonial sean valoradas y que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) las done al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB). Con este conjunto documental, el ABNB se convirtió en el repositorio de música colonial y barroca más grande de América.

Fortún destacó desde su infancia como una niña brillante, es así que termina el bachillerato a tan solo 16 años de edad. Posteriormente ingresó a la Escuela Nacional de Maestros, Sección Musical, donde obtuvo el título de Maestra en Provisión Nacional, detalla la investigadora Virginia Sáenz, quien escribió una muy sentida semblanza en honor a esta admirable chuquisaqueña.

Debido a su pasión por la música y por la etnografía, Fortún desarrolló investigaciones que contribuyeron a conocer los orígenes y facetas de las danzas y la música bolivianas.

Entre sus publicaciones están, por ejemplo, Música indígena de Bolivia (1947), La danza de los diablos (1961), La Navidad en Bolivia (1956), Música Folklórica Boliviana (1961) y Aerófonos Prehispánicos Andinos (1970).

Su espíritu aventurero y el trabajo conjunto con su esposo el arqueólogo Carlos Ponce, la llevaron a realizar una amplia investigación en Tiwanaku, donde al cavar pozos en busca de piezas prehispánicas, ambos investigadores descubrieron el llamado monolito Ponce, en el centro de Kalasasaya. Años más tarde, consultada sobre el hallazgo, afirmó que era “la única mujer en haber dado a luz un monolito”.

Fortalecimiento institucional

Como gestora cultural, Fortún impulsó la creación y el sostenimiento de una treintena de instituciones y programas enfocados en el arte, la cultura y la investigación en Bolivia.

Dirigió, por ejemplo, el Museo Nacional de Arte Popular que se transformó en lo que hoy conocemos como el Museo Nacional de Etnografía y Folklore, MUSEF, y fue un pilar fundamental en la consolidación del Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) y el Instituto Boliviano de Cultura (IBC), entre otros.

Su dedicación a la investigación de las culturas bolivianas desde distintos campos de estudio, hacen de Fortún una de las escritoras chuquisaqueñas de mayor relevancia en la historia nacional, gracias a su invaluable labor en la conservación y difusión del patrimonio del que hoy todos y todas nos enorgullecemos.


Escritoras chuquisaqueñas se reúnen para revalorizar la palabra de las mujeres

El Encuentro de Escritoras A la mujer por la palabra que se llevó adelante en Sucre, este 13 y 14 de junio, congregó a 12 escritoras de distinta trayectoria y estilos con el fin de reivindicar la creación de las mujeres desde la capital. Estas son las destacadas participantes del evento:

Matilde Casazola Mendoza
Nació en Sucre en 1943. Es poetisa y cantautora, ha logrado entrelazar la poesía y la música componiendo canciones enraizadas en la tradición musical de su país. En 1974, visitó la Argentina, donde hizo una extensa gira cantando y componiendo poemas y canciones. Al regresar hizo sus primeros recitales en Bolivia. Luego, en 1982, tuvo otra extensa gira por Europa cantando y componiendo, ampliando los horizontes de su búsqueda artística. Tiene publicados trece libros de poesía y nueve discos y casetes. Ha ejercido la cátedra de guitarra por varios años en la Escuela Nacional de Folklore “Mauro Núñez Cáceres” de la ciudad de La Paz. Su obra poética incluye los siguientes libros: Los ojos abiertos (1967), Los cuerpos (1967), Una revelación (1967), Los racimos (1985), Amores de alas fugaces (1986), Estampas, meditaciones, cánticos (1990) y El espejo del ángel (1991). Entre sus publicaciones más importantes, se debe destacar Obra Poética (Imprenta Judicial, Sucre, 1996), que compendia doce de sus libros de poemas, y Canciones del Corazón para la Vida (Ediciones Gráficas E.G., La Paz, 1998), cancionero que abarca cuarenta de sus composiciones en letra y música.

Rosario Barahona Michel
Escritora boliviana. Estudió narrativa en la Universidad Andina Simón Bolívar, la carrera de Historia en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca y la Maestría en Escritura creativa en Salamanca. En los últimos años ha publicado varios trabajos literarios y de investigación histórica.
En 2012 obtuvo el Premio Nacional de Novela con su obra “Y en el fondo tu ausencia” (Alfaguara, 2013).
Participó de diversas antologías, entre las que destacan “Sed y sangre. Antología de cuentos de la Guerra del Chaco” (La Paz, 2017), la antología internacional de cuento titulada “Carne de mi carne” (La Paz, 2018). Participó también en la antología boliviano-paraguaya titulada “Mar Fantasma” (Cochabamba/Asunción, 2018); participó en el libro titulado “Cuando ellas cuentan. Narradoras hispánicas de ambas orillas” (Madrid, 2019) con un ensayo sobre el cuento “El milagro de fray Justo”, de la escritora boliviana Adela Zamudio y por último, su cuento “Yo sé de tu delirio” fue parte de la antología titulada Vértigo Hoile, Parc. Edit. (La Paz, 2020)
“De esta noche no te marchas” (2021) es su última novela publicada. En 2022, la editorial neoyorquina Pro Latina Press reeditó su novela “Y en el fondo tu ausencia”, y en 2024, la editorial 3600 publicó la tercera edición de la misma.

Micaela Mendoza Hägglund

Poeta, psicóloga y musicoterapeuta. Ha publicado los libros “Lo mágico sombrío” (Editorial Pasanaku, 2010), “Áticos sonoros” (Editorial 3600, 2018) -condecorado como I Premio Nacional de poesía-, “Ópera Prima”, “Sahumerium” (GAMS, 2020) y el libro-baraja “Poemancias” escrito junto a Adriana Romero (México). Ha participado en festivales, publicaciones y antologías de poesía nacionales e internacionales. Creadora y parte del laboratorio de investigación exotérico feminista <AbraXadabra>.

Sarah Cecilia Moscoso Barriga

Abogada y Escritora. Fundadora y Coordinadora del Club de Lectura Sucre desde la gestión 2019.
Entre sus publicaciones se encuentran: Liberoamericanas 80 poetas contemporáneas, antología de poesía internacional que reúne las voces de ochenta poetas jóvenes de España, América Latina y Portugal (2019). “Luna y estrella”, antología internacional (Argentina). “Expedientes Secretos”, antología de cuentos publicada en México (2023).
Poemario “Cada palabra un truco”, publicado por Ediciones (2020). Fotozine “El cielo está abierto”, el poemario “Latidos de Mariposa” publicado por la Editorial La Glorieta (2022).
Ganadora de la estatuilla Matilde Casazola por todo su aporte literario en la gestión 2023.
Participó en Festivales Internacionales de Poesía en Argentina y Chile, también fue invitada al X Encuentro Internacional de Poesía “Latinoamérica en la ciudad de los anillos”, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz en el 2023.

Eliana Soza Martínez
Comunicadora, escritora, editora y gestora cultural. Publicaciones: Monstruos del Abismo (2020), Editorial Velatacú, Bolivia. Pérdidas (2021), Editora BGR, España. Luz y Tinta (2022), Editorial EOS Villa, Argentina. Acuarelas (2023) Editora BGR, España. Umbrales (2023), Chicatana Ediciones, México. Cuéntame, libro infantil interactivo (2023), Letras en Rojo, Bolivia. El fuego que habita en nosotras (2024), Editorial Taller Blanco Ediciones, Colombia.
Sus cuentos fueron publicados en más de 60 revistas literarias y antologías de Bolivia, Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, México y España.
Participó en los Encuentros Internacionales de Microficción de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz (2018 y 2019) y La Paz (2018). Fue coorganizadora de los Encuentros Internacionales de Microficción para la Feria del libro de Santa Cruz y en Cochabamba en 2023. En 2023 participó como invitada internacional y fue parte de dos mesas de diálogo sobre narrativa, en la 27 Feria Internacional del Libro Lima.

Amparo Silva Ugrinovic
Es escritora boliviana, maestra y coreógrafa de danza. Desde muy corta edad se sintió atraída por la literatura, por lo que a partir de los 20 años incursiona en la práctica de cuento de forma autodidacta. Entre 1995 y 1998 forma parte del Taller de Cuento, con el escritor Jorge Suárez, en Sucre.
Sus primeros cuentos se publicaron en el libro al Borde de la Razón, una compilación editada por la Universidad Andina el año 1998, resultado del mencionado taller; posteriormente uno de ellos fue incluido en la Antología Femenina La Otra Mirada (Alfaguara, 2000), publicó también en la Medusa de Fuego (La Hoguera, 2009). El año 2016 publica en Sucre su primera novela “Huérfana Virginia” (Editorial S). A partir del año 2020 escribe periódicamente y difunde por las redes relatos y vivencias relacionados con su vida artística y personal.

Maricruz Alvarado Nava
Nació en Sucre, Bolivia. Licenciada en Educación, profesora de literatura, lenguaje y comunicación.
Poeta, declamadora nacional. Directora de Arte Escénico. Actriz. Conferencista. Ponente, Especialista en procesos de lectura y producción de textos. En 2019 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil – Juvenil “Hugo Molina Viaña”.
Fue presidenta del Comité Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (Conalij), vicepresidenta de la Unión Boliviana de Clubes del Libro (Ubcli). Pertenece a la Directiva Nacional del PEN Bolivia. Publicó artículos con temas educativos y literarios en periódicos y revistas. Autora y coautora de ensayos, monografías, cuentos, relatos y poemas.

Noelia Richter Gonzales

Nació en La Paz, Bolivia en 1987. Radica en la ciudad de Sucre desde el año 2000. Abogada de profesión, actualmente cursando el último módulo del Diplomado en Derechos Humanos y Litigio Internacional. En el año 2020 ganó el premio a “La Mejor Composición del certamen de acuerdo a criterio profesional”, con la obra ¡El día que me hablaste Patria Mía! En el Concurso de Poesía “Bolivia es mi Inspiración”.
En mayo de 2024 publicó y presentó su primera obra literaria, el poemario “Calíope”, que se compone de 18 poemas, donde se fusiona la mitología griega con la vida cotidiana moderna, explorando los sentimientos y pensamientos atemporales más profundos y con una carga elevada de introspección.
En la actualidad asiste al Taller de pintura Arte Picasso, forma parte de la escuela de actuación Hollywood Academy of Performing Arts (H.A.P.A.).

 

Carla Alina Amurrio Martínez
Nacida en Sucre el 20 de octubre de 1999. Historiadora, egresada de la Carrera de Sociología, aspirante a escritora, amante del ballet y de los gatos.
Expositora en espacios académicos locales, nacionales e internacionales. Ganadora de los Primeros Juegos Florales Vivir Sucre (2015) Categoría poesía, Premio Juana Azurduy y Manuel Ascencio Padilla (2015) (2018) – Categoría poesía, Publicación en la Antología de crónica feminista “La Bolivia” (2021) publicado por Muy Waso. Obtuvo el Segundo lugar – Categoría cuento en la Sexta convocatoria Nacional de Letras e imágenes del nuevo tiempo de la Fundación del Banco Central de Bolivia y Primer lugar- Categoría cuento en el Premio Nacional Eduardo Abaroa (2021). Actualmente se encuentra cursando la Maestría de Investigación en Historia en la Universidad Andina Simón Bolívar-Sede Ecuador

Camila Urioste
Es escritora y dramaturga boliviana-uruguaya. Con Diario de Alicia fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal 2005. Entre 2009 y 2021 escribió y llevó a la escena ocho obras de teatro de texto y de dramaturgias expandidas que participaron en festivales nacionales e internacionales. El 2017 ganó el Premio Nacional de Novela por el libro Soundtrack (Editorial 3600). El 2019 publicó su primer libro de cuentos, Cuerpos de Agua (Editorial 3600).
Es co-guionista de la película Muralla (2018) y de la miniserie La Entrega (2019), dirigidas por Gory Patiño. Muralla ganó el Premio Argentores al Mejor Guion Cinematográfico en el Festival Internacional de Cine de Jujuy, Argentina. El 2023 se graduó de la Maestría en Escritura Creativa en Español de la Universidad de Iowa, y en agosto del 2023 comenzará la Maestría en el Iowa Writer´s Workshop de la misma universidad.

Daniela Peterito Salas
Es de Sucre. Escritora y diseñadora gráfica independiente, tiene una maestría en Estudios de la Cultura con la mención en Artes y Estudios visuales.
Fue parte del grupo literario Miércoles de ceniza, con quienes publicó una antología de cuentos del mismo nombre. En 2016 ganó el Premio Eduardo Abaroa en Fotografía.
Fue codirectora de la Editorial S Bolivia y gestora del evento cultural literario Arí, la fiesta de las letras.
Tiene publicado un libro de prosa poética titulado Las mujeres de mi vida, ha escrito en varios suplementos literarios de Bolivia y ha participado en varios eventos literarios.
Actualmente está preparando la publicación de su segundo libro Pienso en el final.
Es gestora cultural y actualmente vive en Sucre.


**Este texto forma parte de los artículos publicados en el marco del encuentro A la mujer por la palabra que reunió el 13 y 14 de junio en Sucre a varias escritoras sucrenses entre las que podemos destacar a la poeta Matilde Casazola, la Premio Nacional de Cultura; Camila Urioste, Premio Nacional de novela y, junto a ellas: Daniela Peterito, Rosario Barahona, Micaela Mendoza, Eliana Soza, Amparo Silva, Sarah Moscoso, Alina Amurrio, Maricruz Alvarado y Noelia Richter. Leer más.


Documentos consultados:
Barnadas, Josep. Diccionario Histórico de Bolivia
Cortés, José Domingo. Parnaso boliviano,
Fortún, Julia Elena. La Danza de Los Diablos.
Julia Elena Fortún, una activista de la cultura. La Razón
La poeta perdida, La Razón
María Josefa, La Razón
Montoya, Víctor. María Josefa Mujía: La primera poetisa del Romanticismo boliviano
Moreno, Gabriel-René. Estudios de Literatura Boliviana
Sáenz Vargas, Virginia. Semblanza de una boliviana: Julia Elena Fortún

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