Diego Aramburo, unx directorx incómodx

La cocina del arte

Programa 4: Diego Aramburo, unx directorx incómodx

Diego Aramburo es unx directorx escénicx y teatral interesadx desde sus inicios por los lenguajes visuales y el cine. Ante todo, Diego es unx artista curiosx que se mueve por prácticas y procesos lejos del amparo de la comodidad. El inconformismo político, el arte conceptual y la lógica del lenguaje o pensamiento andino son algunas de las constantes en su trabajo, como también lo son la polifonía interna y una política del diálogo.

Diego es fundadorx y directorx de la compañía Kiknteatr, además de trabajar en la promoción de actividades pedagógicas y de gestión para fortalecer la práctica escénica en Bolivia. Sus textos se han montado en distintos países y se tradujeron a varios idiomas. Su trabajo abarca tres líneas principales: creaciones interdisciplinarias, proyectos liminales y escenificaciones de gran formato. Diego es doce veces ganadorx del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí y recibió en dos ocasiones la Medalla de Honor de la Asamblea Legislativa de Bolivia por su aporte a la cultura nacional. Su trabajo internacional también le valió varios reconocimientos, entre éstos, el Premio Mayor (2011) y Mejor Obra Extranjera (2014) en los Premios Gran Teatro del Mundo en Argentina. Participó en numerosos festivales internacionales; y, actualmente, es de lxs pocxs directorxs que desarrolla y ejerce su carrera en Bolivia en ser invitadx a dirigir en teatros internacionales oficiales de primer nivel (en Canadá, Argentina, Ecuador, Rumania, entre otros).

La cocina de Diego tuvo lugar en Sucre en un insospechado laboratorio artístico donde se cocinaron, de forma remota, una multitud de obras suyas: se trata de un café típico, frente a una linda plaza de la capital. En él, nuestrx directorx tiene una mesa fija que hace de oficina y escritorio de trabajo. Conversar con Diego lleva siempre –aromática o metafóricamente– al ambiente de su cocina artística habitual, el café. Ese lugar de visita, de encuentro casual y donde Diego, en cada ciudad a la que visita, entabla conversación y contacto con su público ideal: la gente de a pie, la gente con que uno –literalmente– se podría encontrar en cualquier café de la esquina.

Pero en esa ocasión, la cocina de Diego estaba signada por un elemento, curiosamente, muy común en su teatro: la imposición de la coyuntura. Elemento que derivó en un proceso más propio del teatro en general: la repetición. Debido a sucesivas interrupciones en la vía pública (desde una manifestación a una banda de música), nos vimos obligados a repetir el encuentro, esta vez –muy a mi pesar– de forma remota. Sin intención alguna, la cocina de Diego incorporó, efectivamente, dos elementos presentes en su forma de trabajo: la conversación remota y la repetición del acontecimiento. De la misma manera que en el teatro, la repetición, lejos de fingir o pretender algo, se trató de un acontecimiento nuevo que, a su modo, continuó con el espíritu del encuentro del pasado pero de forma novedosa. De alguna manera, cada conversación con Diego es siempre distinta, pero sigue y perpetúa la misma conversación de café que tuvimos por vez primera. En esta ocasión, en la cocina de Diego (versión 2.0) encontrarán pasajes sobre la trayectoria de nuestrx artista, con sus respectivas vicisitudes (dada la coyuntura presente en aquel entonces) que afectaron y condujeron su formación por caminos que Diego lejos estaba de imaginar. Entre otros de los tópicos conversados, encontrarán también los procesos de trabajo y formas de colaboración –en y fuera de Bolivia–, el lugar y presencia de las voces femeninas para Diego, su posicionamiento político, la lógica del pensamiento andino y la identidad ch´ixi presente en su trabajo. 

Esperamos disfruten de este extendido cafecito con Diego. Sean bienvenidxs a la cocina del arte.