Las mujeres y el cine infantil: un punto de partida y un espacio a explorar
Artes y Culturas
Mujeres y cine
26 de abril de 2023
*Fotograma de La muñeca de maíz (1989). Fuente: Video en YouTube.
Denisse Calle Conde
Al ver con un poco de detenimiento los roles y las contribuciones de las mujeres en la historia del cine y el audiovisual en Bolivia, nos encontramos con que, en algunos espacios de producción más tradicional –como la producción de un largometraje– han sido relegadas a cumplir tareas de asistencia o tareas comúnmente eclipsadas. Sin embargo, hay espacios de producción que han sido conducidos por mujeres y que cuentan con sus destacados aportes a la cabeza de producciones. Es el caso de piezas de cortometraje dirigidas a un público infantil. En este artículo veremos el caso de tres cineastas con experiencias diferentes en este espacio: Liliana de la Quintana, Julia Vargas-Weise y Marisol Barragán.
Cine infantil en Bolivia
El cine dirigido a niños, niñas y adolescentes, sea en contextos educativos o de entretenimiento, resulta difícil de definir, ya que puede ser visto desde diferentes perspectivas. Sin embargo, algunos elementos son muy característicos: el énfasis en el mensaje o tema, y el manejo de estos teniendo en cuenta la utilidad para el receptor del contenido. Por otra parte, los personajes y su identificación con el público principal de las películas. Este aspecto puede poner en lugar secundario la técnica empleada (Rodríguez-Melgarejo, 2010), algo importante a tener en cuenta con matices cuando se analiza este tipo de producciones en nuestro país. Muchas de las producciones de cine infantil en Bolivia están realizadas en diferentes técnicas de animación; sin embargo, esta no es la única modalidad por la que optan las realizadoras y los realizadores.
En Bolivia, la historia del cine infantil ha estado ligada en gran parte a las ONG y a instituciones similares, que para proyectos educativos o de sensibilización social, o sumándose a la iniciativa de las cineastas, optaron por financiar producciones audiovisuales dirigidas a niños, niñas y adolescentes, o con temáticas infantiles.
Muchas veces estos productos terminan siendo de uso privado, o poco accesibles a un público general, por lo que el trabajo de las realizadoras y el alcance de este no reciben el crédito que se merecen.
La realizadora Liliana de la Quintana, desde la productora Nicobis y en cooperación con el Goethe-Institut de La Paz, realizó en 1998 el Catalogo de Video Infantil Boliviano. La autora señala en su introducción que el trabajo en esta área es casi desconocido o cuestionado. Como sucede en otros ámbitos, la invisibilizacion del trabajo de las mujeres resulta ser incluso mayor, en especial habiendo sido este subgénero de producción uno donde las mujeres han tenido más oportunidades de resaltar.
En la trayectoria del audiovisual boliviano han surgido preguntas respecto si existe un cine y video boliviano para los niños. Además de existir, dónde se puede conseguir y adquirir.
Tratamos de contestar a estas inquietudes con las investigaciones sobre este material y encontramos un valioso tesoro. Se han identificado cincuenta y ocho producciones bolivianas para niños y niñas, realizadas de 1953 hasta 1998. Cabe diferenciar la producción sobre niños, o con niños, pero no necesariamente para niños, que no está considerada en esta recuperación. […]
Necesitamos fortalecer la producción para niños y difundirla. Este es el objetivo de este catálogo, brindar una amplia información sobre el material en video y cine que existe para que pueda ser mejor aprovechado por los niños y las niñas, en colegios, instituciones, grupos, etc., para construir una imagen más auténtica y más solidaria entre nosotros y para conocer algo más a los habitantes de Bolivia.
En Bolivia existe una muy interesante producción de video en dibujos animados que puede ser utilizada como instrumento educativo. Imágenes y sonidos que buscan divertir, pero divertir educando (De la Quintana, 1998).
Es importante destacar que la autora del catálogo pone énfasis en ciertos aspectos: por una parte, el cine y el video infantil en Bolivia es un espacio que muestra y reflexiona sobre la diversidad cultural de Bolivia; por otra, la producción de videos en animación tiene una función educativa.
El cine con temáticas infantiles desde la perspectiva de tres mujeres y tres carreras diferentes
Liliana de la Quintana
Una de las figuras femeninas más prominentes en la historia del cine boliviano. De la Quintana es co-fundadora de Nicobis (1981), co-fundadora del Movimiento del Nuevo Cine y Video Boliviano (1984), ideóloga de varios proyectos educativos, comunicacionales, cinematográficos y literarios. Hoy y desde hace varios años su atención y trabajo están en el Festival Internacional del Audiovisual para la Niñez y la Adolescencia Kolibrí.
Nicobis, la productora fundada por ella y por su pareja y compañero principal de trabajo, Alfredo Ovando, es una de las primeras y únicas productoras con un extenso catálogo de trabajos dirigidos a niños o educativos infantiles, cortometrajes de ficción, animaciones y documentales. Uno de los pilares de esta producción es trabajar a través del cine y el video para interceder por los derechos de los niños y niñas indígenas.
A través del Festival Kolibrí y otras iniciativas similares, este pilar se volcó hacia la educación en cine con niños, niñas y adolescentes, a través de talleres de producción.
La motivación de Nicobis para trabajar en producciones para niños, niñas y adolescentes se encuentra en su misma semilla: el taller de cine de la UMSA, dictado por el padre Luis Espinal, entre otros, hacia fines de los setenta y principios de los ochenta:
[…] Entonces, estábamos con una cámara y un rato de esos Espinal nos dice: ¿para quién?, ¿por qué?, ¿dónde?, ¿para qué?, ¿qué cosita van a hacer?, […] de alguna forma, una respuesta a esas preguntas es el trabajo que hemos hecho desde Nicobis […] la parte política y social, la de los niños con toda la cuestión de dibujos animados, el espacio de las mujeres, y el de los pueblos indígenas son las cuatro áreas que se consolidan ya en la década de los 90.
También la animación, como una elección técnica para acercarse a los niños, se encuentra desde el inicio de esta productora.
[…] dentro de la productora Alfredo Ovando crea un grupo autodidacta para comenzar a hacer dibujo animado. Porque queríamos dirigirnos a los niños, un público prioritario para NICOBIS son los niños.
La perspectiva que propone Liliana de la Quintana en sus producciones, desde los roles de guionista, directora o productora, es de rescate de tradiciones orales, a través de productos de ficción dentro de contextos bolivianos, utilizando como técnica la animación. Por ejemplo, La cueva (1995) es una pequeña capsula que muestra la evolución de los seres humanos, de recolectores a cazadores, y la creación de sus primeros hogares. Claramente producido con fines educativos, es refrescante ver un producto dirigido a un público infantil que permanece fiel al tema que quiere tratar, y no pretende ser como las animaciones decorosas y conservadoras de o al estilo de Disney, sino parecen más cercanas y reales a nuestro lenguaje y realidades.
No esta demás señalar que también existen otras producciones de Nicobis en el campo de cine infantil o sobre niños. Carlos. No al trabajo infantil (2005) es un corto documental que muestra la realidad de un niño que se ve forzado a trabajar en las minas de Potosí. Este cortometraje es una defensa y una reivindicación de los derechos de los niños desde el género documental.
Hasta el día de hoy, Liliana de la Quintana sigue trabajando en este espacio de producciones para niños, niñas y adolescentes. La perspectiva que maneja es la de reivindicación, de crear mejores contenidos dirigidos a los niños, para que ellos puedan acceder a estos y no a la sobredemanda de productos extranjeros que lastimosamente acaparan al público. Estos propósitos también se ven en su trabajo como gestora y organizadora del Festival Internacional del Audiovisual para la Niñez y la Adolescencia Kolibrí.
La perspectiva formadora de De la Quintana se consolida en talleres y otras instancias educativas de este festival, así como en su libro La linterna mágica. Cine y video boliviano para niños y niñas (2009), el único volumen de historia de las imágenes en movimiento dirigido para lectorxs infantiles. También se articula a esta publicación Animanual audiovisual. Manual de realización audiovisual para niños, niñas y jóvenes (2010). escrita por Tatiana Ovando, Geraldine Ovando y Liliana de la Quintana y editado por el Festival Kolibri. La producción literaria de la realizadora también está enfocada en los niñas y niñas, a través de colecciones como Wawa Libros, que recupera la historia de los pueblos indígenas de Bolivia.
Marisol Barragán
Realizadora audiovisual y educadora. En 1973 se mudó a Francia para estudiar diseño de interiores. Estudió primero en el Atelier Couet-Paris y luego en la Facultad de Artes Plásticas y Ciencias del Arte de la Sorbona. Durante sus cinco años en Francia, Barragán practicó la técnica del collage. Luego, al volver a Bolivia en 1978, trabajó en la película ¿Qué haremos?, como asistente de edición. También trabajó en el diseño de publicaciones del Centro de Acción y Arte Popular de Ecuador. Entre 1980 y 1984 integró el equipo audiovisual de apoyo a la educación de adultos en Nicaragua. De 1988 a 1992 trabajó en el taller infantil multidisciplinario con niños de 7 a 11 años en Suecia. En 1989 dirigió el cortometraje animado en celuloide La muñeca de maíz, que ganó un reconocimiento en el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba. Este cortometraje está realizado con la técnica del papel rasgado. En 1994 estrenó el corto de animación Paulina y el Cóndor, que ganó un premio de UNICEF en el IV Festival de Cine para Jóvenes y Niños en Uruguay. Además, recibió el premio a mejor animación en el V Festival de Cine Indígena de Santa Cruz. En 2007 realizó el cortometraje Hablan las Ánimas. Su largometraje para público infantil Un abrazo en el Chaco, que incluye fragmentos en técnicas de animación, está en etapa de postproducción.
“La verdad es que, de fondo, soy educadora, esa es mi esencia”, comenta Barragán en una entrevista realizada por la investigación MUJERES/CINE, dejándonos ver claramente el tema de sus producciones, todas enfocadas a la recuperación de textos o tradiciones orales, con una técnica plástica y de animación innovadora.
El corto La muñeca de maíz (1989) recupera un cuento popular de los pueblos guaraníes del Chaco. Cuenta la historia de una niña, Araza, que tiene una muñeca hecha de una mazorca, que bajo la lluvia intensa desaparece. Para mostrar la reaparición y crecimiento en una nueva planta de maíz, la técnica de animación que se emplea en el audiovisual es de lo más destacable, en especial si tomamos en cuenta la época en que se realizó. Filmado en celuloide de 16mm, el cortometraje muestra el trabajo a mano realizado por Barragán para cada personaje y cada paisaje y espacio representado. Es impresionante el nivel de detalle y producción, a cargo de la misma realizadora, como ocurre también en sus otros cortometrajes. El enfoque es claramente educativo, tanto el lenguaje como la música son atractivos al oído y fáciles de comprender, y sienta un precedente en el estilo distintivo de esta realizadora.
Julia Vargas Weise
Julia Vargas Weise (1942-2018) tuvo una de las trayectorias más particulares dentro de nuestro cine. Fotógrafa con más de 50 años de trayectoria y prolífica realizadora audiovisual, fue una mujer inquieta e independiente. Su obra audiovisual, que inició en la década de 1990 y desarrolló hasta poco antes de su muerte, abordó la muerte y sus espacios, el viaje y la memoria, las contrastantes representaciones de lo femenino y la emancipación de las mujeres.
En sus inicios en el audiovisual, antes de la producción de sus largometrajes, realizo dos cortometrajes que resaltan en cuanto a su temática enfocada en la representación y el trabajo con niños: Solo Pancho (1993) y Videoniño (1996).
La propuesta no responde a la fórmula de otras realizadoras, sino que apuesta por tocar temáticas de la realidad social, como la extrema pobreza y el abandono, Desde la docu-ficcion y el documental, Julia Vargas Weise recurre a métodos de trabajo muy cercanos con lxs niñxs protagonistas de estos contenidos, haciéndolos parte activa de la realización de estos.
Videoniño (1996), como su predecesor, Solo Pancho (1993), tiene como protagonistas a un grupo de niños en una situación muy vulnerable, El corto de 1993 muestra a los niños limpia tumbas de Cochabamba y el siguiente tiene lugar en un hogar en la ciudad de Santa Cruz, donde varios muchachos cuentan sus historias, acerca de cómo llegaron al hogar y cómo viven allí, para luego entrar a un taller de video conducido por Julia, el cual es documentado para ser montado en contraste con los testimonios.
La forma de trabajo y la metodología de dejar en manos de lxs mismxs niñxs el poder contar, grabar o recrear sus historias, nos deja ver que esta realizadora, en tanto guionista, directora y productora de sus obras, tiene la intención de hacer partícipes activos a sus personajes. Este tipo de producción puede ser imprevisible y difícil, pero en el producto final podemos ver cómo transmite su mensaje exitosamente.
Analizar el trabajo de las mujeres en el campo del cine infantil implica verse entre dos posiciones. La primera, señala que la educación, la crianza y el cuidado de los niños en nuestra sociedad son percibidas como deberes de las mujeres en el espacio privado de hogar, pero también en el espacio público, en las profesiones que ellas ejercen, incluyendo la producción audiovisual. Al mismo tiempo, estos espacios son algunos de los pocos donde las mujeres han podido insertarse para encontrar fuentes de trabajo remuneradas y a través de los cuales podían formarse en un campo en el que, muchas veces, ellas eran dejadas de lado o situadas en roles no creativos.
En el caso del cine infantil en Bolivia, estas dos posiciones no deben ser vistas como opuestas, sino como complementarias. Existe una carga de estereotipos de género, al mismo tiempo que existe este espacio como oportunidad de formación y de trabajo creativo. A estas variables, se suma otra, probablemente la más importante: la responsabilidad social que estas cineastas asumen a través de sus obras para un público infantil, en su búsqueda por producir mejores contenidos para uno de los sectores más vulnerables de la sociedad de consumo de imágenes, teniendo un impacto directo sobre su protección y formación.
Fuentes consultadas y/o referenciadas
De la Quintana, Liliana. 1998. Catalogo Video Infantil Boliviano. La Paz: Goethe- Institut.
Festival Internacional de Cine de los Derechos Humanos. 2018. “Julia Vargas Weise”. En Catálogo 14° Festival Internacional de Cine de los Derechos Humanos, del 13 al 19 de agosto de 2018, 116. Sucre.
Rodríguez Rosell, Mª del Mar; Melgarejo Moreno, Irene. 2010. “Cine infantil: aproximación a una definición”. Doxa Comunicación 10: 167-181. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3191549
Entrevistas
Aimaretti, María. 11 de septiembre de 2020. Realizada por el equipo de MUJERES/CINE: Bolivia 1960-2020.
Barragán, Marisol. 7 de septiembre. Realizada por Mary Carmen Molina. Equipo de MUJERES/CINE: Bolivia 1960-2020.
De la Quintana, Liliana. 11 de marzo de 2020. Realizada por Ángela Huanca, Alexandro Fernández y Sergio Zapata. Equipo MUJERES/CINE: Bolivia 1960-2020.
Fajardo, Natalia. 8 de septiembre de 2020. Realizada por Alexandro Fernández. Equipo de MUJERES/CINE: Bolivia 1960-2020.
*Texto originalmente publicado el 12 de octubre de 2020 en Imagen Docs.
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